¿Mi máquina de capuchino? ¿Está en serio? ¿Tiene alguna idea de cuanto cuesta esto? Esta máquina cuesta mas de cinco mile dolares. Tuve que esperar tres meses para ser entregada.
No me importa cuanto pesa. Es una obra de arte.
Escucha, tengo un par de zapatos de Louis Vuitton. Ya no me quedan. Voy a dejar los zapatos, ¿Esta bien?
Deja de hablar de la maldida máquina de capuchino. Y qué si pesa veinticinco kilos. Voy a pagar el costo. Me la llevo.
¡Oiga! No olvide ese vino. Esas botellas son de un viñedo pequeño en francia. Los he estado buscando por mas de un año. Cuestan dos mil dólares cada botella. Eso es vienticinco mil dólares que está olvidando.
Y mi esmoquin. Las instruciones eran claras. Jueves es cena formal. Esmoquines son necesarios para los hombres. Hoy es miercoles. Lo necesitaré mañana.
Es una broma, ¿verdad? ¿Una bolsa pequeña? ¿Tiene alguna idea de cuanto pagé por este viaje? Mas de quince mil dólares. ¿Y me está diciendo que solo puedo traer una bolsa pequeña? Entonces, ¿cualquiera puede llevarse lo que ellos quieren?
Si, si, lo eschucho. Por supuesto, lo eschucho. ¿Como puedo no escucharlo? Pero no voy a apurarme. Pueden esperarme. Y no voy a dejar mi máquina de capuchino. Soluciónelo usted mismo.
Ni siquiera iba a traerlo. Pero todos me lo advertían. Todos me lo decían, el barco es lindo, la comida es buena, pero trae tu propia cafetera. El café del Titanic realmente apesta.
Pregunata spirituales
- ¿Que maletas estas cargando?
- ¿Cuanto vale para ti?
Esta es una de las series, parábolas para ellos quienes son espirituales pero no religiosos.
Gracias a Beto Carrillo por su ayuda en la traducción.
El índice de mi blog está aquí.
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