Wednesday, January 8, 2020

El Broche



Elsa había esparado este momento desde que el broche desapareció. El broche de su madre. El que había desaparecido hace una semana.

Pero no había desaparecido. Había sido robado. Elsa estaba segura de eso. Y ella sabía quién lo había robado. Nora. Nadie más tuvo motivo y oportunidad. A ella le gustaba el sonido de eso. Motivo y oportunidad. La hizo sonar como una detective.

A Nora le encantaba el broche de Elsa.  Ese fue el motivo. Cada vez que ella visitaba, ella recogía el broche, lo sostenía, y lo admiraba. Ella lo puso bajo la luz y sonrió mientras los diamantes brillaban intensamente como mil soles minúsculos. Entonces Nora bajó el broche, gentilmente, casi de mala gana.

Depués de la ultima visita, el broche simplemente disapareció. Esa fue la oportunidad. Elsa había visto a Nora recoger el broche. Pero entonces Elsa había sido distraida por el teléfono. Fue un número equivocado. Cuando ella regrasó, el broche no estaba allí. Entonces Nora salió por la puerta y el broche salió por la puerta también.

Elsa no estaba sorprendida totalemente. Ella medio esperaba que Nora intentaría algo como esto. Pero ella no tenía la intención de dejarla escapar.

Ella tenía un plan. Fue muy simple, en verdad. Elsa invitó a Nora a cenar. Esta noche, a las cinco. El día y el tiempo fueron criticos. Hoy era jueves. Nora fue voluntaria en el hospital cada jueves de mediodía a las cuatro y media.   A fin de llegar a la casa de Elsa a las cinco, Nora tuvo que ir directamente a la casa de Elsa. Ella no tendría tiempo par ir a su casa primero. Y Elsa tendria la casa de Nora para ella. Ella tendriá las llaves. Ella iría, buscaría la casa, encontraría el broche, y confrantaría a Nora cuando ella llegué.

Pero despues de tres horas completas, Elsa se rindió. El broche no estaba allí. Lo que solo podriá significar una cosa. Nora tuvo el broche con ella.

Nora llegó poco despues Elsa regresó. Nora se sentó en la silla, como siempre. Elsa ofreció a Nora un vaso de vino. Pero no tomó el vino. Ella tomó un grande tazon de cristal y lo dejó caer en la cabeza de Nora. Nora no hizo ningun sonido. Ella simplemente colapsó.

Elsa no intentó matar a Nora, pero lo hecho, hecho está. Al menos ahora ella podría conseguir el broche. Elsa estiró a Nora y empezó a vaciar sus bolsillos. Solo había dos. El primero teniá unos billetes y cambio. El segundo se veía más prometedor. Tenía un bulto obvio. Pero para su decepción, el bulto era solo unas llaves y un recibo por el almuerzo. Elsa miró el recibo. Hambuerguesa, papas fritas, y una cococola. Ella estaba disgustada. Nora siempre comía basura.

Ahora, Elsa tenía dos problemas: el broche perdido y el cuerpo muerto. El broche podría esperar. Debe estar en la casa de Nora. Ella podría regresar a la casa y buscar una vez mas. Pero el cuerpo, ¿qué podría hacer ella con el cuerpo?

Elsa miró el sofá. Había mucho espacio debajo del sofá para un cuerpo. Ella arrastró a Nora y la empezó a poner debajo del sofá. Pero algo la bloqueó.

Ella encontró una linterna y miró debajo del sofá. Ella vio la obstrucción. Era una caja. Entonces ella vio algo más. Era un brillo detrás de una de las patas del sofá. En la luz de la linterna, brillaba intensamente, como mil soles minúsculos.



Pregunata spirituales
  • ¿Que supociciónes has hecho sobre los demás?
  • ¿Como estas supociciones han contralado come te comportas con ellos?
  • ¿Que si estas supociciones estan equivocadas?

 Esta es una de las series, parábolas para ellos quienes son espirituales pero no religiosos.

02 enero, 2020. Esto fue escrito con el grupo de escritores de Roundhouse, de Santa Cruz, Guatemala, remotamente desde Guanajuato, Mexico. La sugerencia para escribir fue: Escribe sobre vaciar los bolsillos de alguien que conoces bien, con la voz de un personaje.

La foto es de James St. John y está disponible en Flickr y Creative Commons. Algunos derechos pueden estar reservados.

Gracias a Beto Carrillo por su ayuda en la traducción.


El índice de mi blog está aquí.






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